30/4/07

DECLARACION DE LIRCAY


Entendemos a la nación como un todo sucesivo de generaciones que aportan al común acervo las particularidades de sus circunstancias.

La Nación Chilena gestada a partir de la epopeya que precursa Pedro de Valdivia, se ha constituido con los aportes de sus componentes y generaciones creando una cierta manera de vivir que se expresa a través de su historia.

El mestizaje, característica central de nuestra formación, no sólo se refiere a la integración biológica y social, sino también a la incorporación de la geografía. La chilenidad así entendida no es criollismo, por sobre eso, es la manera como nos hemos realizado con nuestras herencias sociales en diálogo con lo telúrico.

A las particularidades de esta experiencia de casi cinco siglos, llamamos Cultura Nacional, que está conformada por las cumbres más excelsas de cada quehacer y expresión de la Comunidad Nacional, en permanente renovación con el aporte continuo del pueblo a través de las décadas.

Lircay es un vocablo que nos habla de virtudes cívicas, de vocación de servicio, de República en forma.

Nuestro nombre busca sintetizar este sentir, habla de comunidades sociales y virtudes republicanas

Hemos fundado Comunidad Lircay, teniendo como objetivo la promoción de los valores de nuestra Cultura Nacional, y fortalecer la expresión popular que, a través de los cuerpos sociales intermedios constituye la actualización permanente de la chilenidad.

Los cuerpos sociales intermedios, son comunidades depositarias de la soberanía social, fundamento necesario de cualquier quehacer político. Sus características, carencias y virtudes, son la base necesaria de cualquier propuesta política.

No es posible una Política Nacional sin Cultura Nacional.

Nos constituimos como una Red Social de Voluntarios que, organizados en diversos nodos operacionales busca la realización plena de la Chilenidad como Pueblo, Geografía y Cultura.

Renunciamos a la superficialidad de lo electoral, a lo efímero de la coyuntura, al festín de quienes propician la división entre los chilenos, para adentrarnos en nuestra historia y su espíritu, para reconocer y preservar la diferencias que nos enriquecen, para superar egoísmos de raza, de clase o ideología, y levantar nuestra bandera de Conciencia y Defensa de lo Nacional, de lo que nos une, por sobre lo que nos divide.

Lircay, junio de 2003.

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